Centros Culturales jesuitas de Tarahumara

Historia

Compartimos con nuestros amigos de Latinoamérica el trabajo realizado por algunos jesuitas y laicos en la misión de la Tarahumara, al noroeste de México.

La iniciativa del Centro Cultural nació en la comunidad rarámuri de La Gavilana, Mpio. de Batopilas, Chihuahua, en el año 2011, cuando las familias les preguntaron a los jesuitas: ¿por qué ustedes no les enseñan a leer y escribir a los niños?

El sistema educativo de la Sierra Tarahumara es limitado y en muchos casos genera desarraigo cultural debido a que no se toma en cuenta el contexto y las costumbres. Algunos maestros no hablan la lengua rarámuri o no están capacitados para ello. En comunidades como La Gavilana, los niños terminan sus estudios de primaria lamentablemente sin saber escribir su nombre.

La propuesta de los Centros fue madurando hasta que en 2013 el equipo de laicos y jesuitas de la Parroquia de San Miguel de Guaguachique comenzó a pedir financiamiento para llevar a cabo el proyecto. En 2015 inició labores el Centro Cultural Luis Felipe Gallegos, S.J. en La Gavilana.  A mediados de 2016 comenzó a trabajar el Centro Cultural Ernesto Uranga, S.J. en Pamachi, Mpio. de Urique, Chih.  En 2017 emprendió su labor el Centro Cultural Carlos Díaz Infante, S.J. en Guaguachique, Mpio. de Guachochi, Chih., y el Centro Cultural y Casa de maestros en la comunidad de Samachiki “Luis Verplancken S.J.”

Los Centros Culturales complementan la educación pública. Su objetivo es fomentar espacios de profundización de la vida y cultura rarámuri, por medio de la alfabetización, actividades artísticas y musicales, para que niños, niñas y jóvenes indígenas puedan desarrollar aptitudes que faciliten una mejor interacción dentro y fuera de su cultura sin perder su identidad.

Los niños y jóvenes rarámuri, al ser alejados de sus raíces culturales, se vuelven vulnerables frente a nuevos referentes de identidad como la narcocultura presente en la región. Los rarámuri son perjudicados por el abuso y discriminación de caciques o grupos del crimen organizado que se aprovechan del analfabetismo y la pobreza. Asimismo, muchos rarámuri migran en busca de trabajo a las ciudades o a los campos de empresas agrícolas, donde son víctimas de explotación.

El proyecto busca ser un apoyo para los rarámuri frente a las problemáticas socioculturales y económicas de la región que afectan la vida comunitaria y su organización. En los Centros Culturales se busca fortalecer el derecho de la niñez y juventud a tener una educación de calidad conforme a su cultura, lengua e historia; se pretende fortalecer el derecho que tienen los pueblos indígenas de reforzar el manejo de su lengua materna, proteger sus formas de vida, tradiciones y creencias. Los Centros buscan fortalecer las formas de organización comunitaria, a través de una educación apegada a su cultura, de modo que puedan tomar decisiones que favorezcan la vida digna, el cuidado de su territorio y del medio ambiente.

Los Centros de las comunidades de La Gavilana y Pamachi han beneficiado el aprendizaje de niños, niñas y jóvenes. Actualmente asisten en promedio 40 niños al Centro Cultural de La Gavilana y 30 al Centro de Pamachi. Indirectamente se han beneficiado 50 familias en La Gavilana y 40 en Pamachi con los trabajos comunitarios en torno al Centro Cultural.

Consideramos necesario y urgente continuar con el apoyo educativo al pueblo rarámuri, lo cual es muy propio del carisma de la Compañía de Jesús. La apertura de todos estos Centros Culturales responde a esta necesidad.

En este momento colaboran ocho maestros bilingües en los Centros Culturales. Tres de ellos trabajan reforzando la cultura principalmente en el área de alfabetización en la comunidad de La Gavilana. Los otros cinco se ocupan de reforzar la cultura en Pamachi , Guaguachique y Samachiki desde actividades artísticas como música tradicional, dibujo, artesanías y uso de herramientas como la computadora.

Los niños pueden expresar las creencias rarámuri por medio de la pintura y el dibujo. También se les motiva a participar en las fiestas tradicionales a través de la danza y la música. Se trabaja con los niños la elaboración de manualidades y artesanías. Este trabajo se puede realizar gracias a la participación de la gente de cada comunidad que intervienen en la dinámica de los Centros Culturales como consejeros de vida.

Respecto a la organización, los Centros Culturales están a cargo del equipo de jesuitas y personas laicas de la Parroquia San Miguel de Guaguachique, con sede en Samachiki. El proyecto depende administrativamente del Complejo Asistencial Clínica Santa Teresita AC (CACSTAC), obra de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús en la Tarahumara, con sede en Creel, Chihuahua.

Ponemos nuestra esperanza en Dios y en la comunidad rarámuri para que el trabajo de los Centros Culturales produzca frutos abundantes para el bien de su cultura, organización, territorio y medio ambiente. El proyecto de los Centros es un proceso a largo plazo. Compartiendo esfuerzos esperamos juntos colaborar en la transformación de la realidad de la Sierra Tarahumara.